La peligrosa caricia del sol

Además de producir arrugas y manchas, la exposición excesiva a las radiaciones ultravioletas provenientes del sol es un importante factor de riesgo de cáncer dermatológico. Los especialistas aconsejan tomar una serie de precauciones.

Las lesiones dermatológicas malignas que puede ocasionar la exposición inadecuada a los rayos ultravioletas se agrupan en tres grupos:

  • Los carcinomas basocelulares: generalmente aparecen en las zonas más expuestas del cuerpo que están sometidas a la acción de las radiaciones ultravioletas durante todo el año (la cara, los pabellones de las orejas, las manos y el cuello).
  • Los carcinomas espinocelulares: este tipo de lesión es la tercera en orden de frecuencia, pero la más infiltrante. Tiene mayor grado de agresividad o de malignidad que el carcinoma basocelular y suele extenderse hacia otros tejidos adyacentes.
  • Los melanomas: puede originarse sin ninguna lesión previa o puede presentarse sobre una lesión preexistente, que generalmente es un lunar de ciertas características particulares.

A través de distintas campañas de prevención, los especialistas de la Sociedad Argentina de Dermatología recomiendan realizar periódicamente un autoexamen de la piel delante de un espejo (para poder ver regiones del cuerpo de difícil acceso visual) para detectar aquellos lunares que puedan representar un peligro de melanoma. Las características a las que hay que estar atento responden a una fácil regla mnemotécnica:

  • A, de asimetría: cuando, al trazar una línea por el medio del lunar, a ambos lados quedan partes desiguales.
  • B, de bordes: que sean irregulares o difusos es un mal signo.
  • C, de color: cuando se superponen distintos colores y tonalidades en la superficie del lunar.
  • D, de diámetro: los lunares que tienen un diámetro mayor a 0,5 centímetros presentan mayor posibilidad de transformación maligna.

Se aconseja consultar al dermatólogo cuando, al autoexaminarse, se encuentra un lunar con alguna de estas características.

Hay que recordar que los tres tipos de cáncer dermatológicos son absolutamente curables, si se los diagnostica en forma precoz.

Una exposición adecuada
  • Para evitar los riesgos oncológicos que implica una exposición inadecuada a la radiación ultravioleta, la Sociedad Argentina de Dermatología aconseja lo siguiente:
  • Está absolutamente contraindicada la exposición al sol de los chicos menores de seis meses. Esto se debe a que el niño no puede usar todavía fotoprotectores porque su piel no está preparada para ello y pueden resultarles tóxicos.
  • En cuanto al período que va de los 6 meses de edad a los cuatro años, es un período crítico que requiere el máximo cuidado de la piel. Este es un momento clave porque es el lapso en el cual las grandes quemaduras pueden tener muchos años después un efecto muy importante desde el punto de vista de la generación de tumores malignos.
  • A la hora de exponerse al sol y elegir un fotoprotector, es importante tomar en cuenta el tipo de piel que uno posee. Quienes tienen una piel muy blanca tienen una más reducida producción de melanina y por ello deben cuidarse más de las radiaciones ultravioletas.
  • Las precauciones fundamentales y universales son:
    • evitar en verano la exposición entre las 11 y las 16 horas.
    • Fuera de ese horario usar fotoprotectores adecuados. Estos deben ser aplicados sobre la piel media hora antes de la exposición solar y deben ser vueltos a aplicar cada dos horas. Es importante que el fotoprotector sea efectivo ante el amplio espectro de radiaciones ultravioletas.
    • Debe tenerse especial cuidado durante el embarazo ya que suelen modificarse y exacerbarse lesiones preexistentes.